Sheila

Ok, para ser honesta, nunca pensé que iba a escribir un blog. Es más, estoy segura de que en algún momento expresé mi completo desdén hacia este medio de comunicación, al que consideraba el escape de los escritores frustrados (pero qué le vamos a hacer si yo también soy una escritora wannabe). Pues aquí estoy bloggeando, de la misma manera en que terminé leyendo, escribiendo y posteando fanfictions después de tanto despotricar contra ellos. Eso para que vean (y esto va para los que me conocen desde hace años) que casi 37 años después sigo dándome contra las paredes que yo misma levanto. O como diría mi sabia madre: “escupiendo para arriba para que la saliva me caiga en la cara”. Pero anyway, seguimos, que a lo mejor todo en mi vida sería más fácil si fuera yo un poco menos obstinada, pero me gusta pensar que fácil es igual a aburrido (probablemente sólo estoy tratando de hacerme sentir mejor, pero dejémoslo así).

Y no tengo sólo uno, sino tres blogs. Mi primer blog, éste, lo empecé con unas amigas que, como yo, son ávidas lectoras y nos encanta comentar de los libros que leemos.

Mi otros blogs son http://sheilaspatio.wordpress.com/ y http://sheilajsn.tumblr.com/

El punto es que aquí estoy, bloggeando, después de que dije tanto que no lo haría. Ni modo, a vivir con eso, que después de todo un blog es casi como un diario, y yo he llevado un diario, intermitentemente, claro, desde que tenía doce años. De hecho, mi primer diario me lo regaló Adrian cuando cumplí doce (se acuerdan del pijama party, Viernes 13, Teen Wolf… jajaja. La pasamos súper). Pero sigo saliéndome del tema. El punto es que un blog es como un diario. O un journal, porque eso de diario suena muy infantil. En su diario Candy escribía sobre su primer amor, Anthony. Pero en un journal uno escribe cosas más maduras y transcendentales.

Lo importante es que esto de sacarse las cosas del pecho es hasta terapéutico. Uno se pone a guardarse las cosas y termina con estrés, una úlcera en el estómago y hasta urticaria. Así que, gente, a bloggear se ha dicho. No se queden con nada por dentro, porque hay cosas que se le pudren a uno y después sólo terminan haciendo daño.

Pregunta: ¿Alguien se dio cuenta de que llevo rato justificando mi decisión de bloggear?

Increíble. Uno pensaría que una mujer de casi 37 años, profesional, casada, madre de dos hijos (preciosos, por cierto) no necesita justificar sus decisiones. Así que ya está. Bloggeo porque me da la gana. Siéntanse en la libertad de leer lo que tengo que decir (si les interesa), porque a fin de cuentas lo hago para mi satisfacción personal.

¡Qué bien se siente!

3 Comments

  1. Que yo empiezo un diario todos los años en las agendas porque en realidad no llego a hacer nada que se pueda considerar un secreto o que mi madre no se entere, pero que no llego a reyes y dejo de escribir y cuando lo encuentro es que vuelvo y escribo algo que no tiene nada que ver quizas un desahogo forsozo (¿? esa palabra me comió el cerebro). Que qué tiene esto que ver con tu blog? nada solo es desahogo forzoso dejando comments por doquier para después saber que fue lo que hice. 😛

  2. Pues muy bien dicho, al llegar a cierta edad comprendes Que no hay nada que justificar y san se acabò….

¿Qué te parece? Estás de acuerdo, nada que ver, etc.