Los cuatro amigos de siempre de Gilberto Rendón Ortiz

Cuatro-AmigosAyer me tuve que quedar en casa con la chinkungunya y aproveché para leer otro de los libros que leerá Marco durante este año escolar, Los cuatro amigos de siempre de Gilberto Rendón Ortiz.

Este libro ganó el premio El Barco de Vapor 1998 en México y es realmente muy lindo e inspirador. Además, cuenta con unas lindísimas ilustraciones de Rossana Bohórquez.

Es cierto que a mí me pareció que el tema es muy triste, como siempre me lo parecen los temas que tienen que ver con niños que sufren. Y no me averguenza confesar que terminé de leer ahogada en llanto y con el corazón apretado por la tristeza. Sin embargo, entiendo el mensaje que el libro pretende transmitir a los jóvenes lectores.

En Los cuatro amigos de siempre conocemos a Manuel, quien es un niño de once años (la edad de Marco) que vive atado a una silla de ruedas. Manuel, además, vive una vida solitaria en una finca distante con la única compañía de su abuelita, quien se desvive por cuidarlo.

Por su delicada condición de salud y el problema de logística que esto conllevaría, Manuel no asiste a la escuela y no tiene amigos. El único contacto de Manuel con otros niños son las esporádicas visitas de sus malcriados y desconsiderados primos, quienes pasan de ignorarlo a burlarse de él por ser diferente.

La cosa más maravillosa del mundo le sucede a Manuel el día en que conoce a cuatro niños de su edad que, en lugar de compadecerlo o burlarse de él, le ofrecen su amistad incondicional y lo invitan a formar parte de su grupo de aventureros.

Los cuatro magníficos, como Manuel los llamaba, eran Julio, Emilio, Jack y Karl y eran los mejores amigos que cualquiera podía tener. Ellos nunca se preocupaban por lo que Manuel no podía hacer, sino que lo animaban a hacer lo imposible. Se divertían como locos juntos y vivían las aventuras más extraordinarias de la corta vida de Manuel.

Claro, a medida que uno va leyendo, es muy fácil darse cuenta de lo que está pasando realmente y hasta adivinar un poco el final, lo cual no lo hace menos triste.

Personalmente me llena de curiosidad pensar en cuál será la reacción de Marco cuando lea este libro, ya que confieso que me he encargado de que mis hijos, hasta ahora, hayan vivido una vida bastante protegida. Por lo menos me tranquiliza que quien leerá el libro este año es Marco, quien es tan maduro, en lugar de Sebastián, quien es tan impresionable.

También pueden leer mis posts sobre los demás libros que mis hijos leerán este año.

El libro invisible de Santiago García-Clairac

P.A.M.: Zona libre de bullying de José Rabelo

Mini no es una miedica de Christine Nöstlinger

¡Estás despedida! de Rachel Flynn

7 Comments

  1. Hola! no sé si los libros tristes son para todos los chicos, prefiero que aquellos que los elijan lo lean por su cuenta. Soy profe, y no sabés lo que me alegra que una mamá lea los textos que le tocan a sus hijos para poder compartir con ellos. ¡qué bueno!

    1. Hola Laura! Gracias por comentar. Te cuento que soy una ávida lectora y leo prácticamente de todo. De la misma manera estoy tratando de desarrollar ese amor por la lectura en mis hijos. Definitivamente éste no es el libro que yo hubiera escogido para ellos, pero al menos siento que voy a estar preparada cuando le toque leerlo a Marco para poder guiarlo y que se quede con el mensaje de que los libros son maravillosos y capaces de llenar de alegría incluso la vida más triste.

  2. Me parece muy lindo y creo que sí hay valor en exponer a los niños a experiencias tristes que desafortunadamente son parte esencial de la vida. Como niña que leyó los cuentos más tristes de Hans Christian Andersen y Oscar Wilde, admito que aunque me bebía las lágrimas, eran mis cuentos favoritos siempre… Qué pena que además de estar enferma te la pasaras llorando también…que te mejores pronto amiga!!!!

¿Qué te parece? Estás de acuerdo, nada que ver, etc.